Limpia bien el pavo Santa Isabel por dentro y por fuera y rocía con el jugo de limón.
Machaca los dientes de ajo junto con un adobo de preferencia, y mézclalos con el aceite de oliva y el sazonador de pollo hasta formar una pasta.
Levanta cuidadosamente la piel sobre la pechuga del pavo y unta un poco de la pasta directamente sobre la pechuga. Unta el resto de la pasta sobre toda la piel del pavo, asegurándote de sazonarlo por todos lados.
Mete el pavo dentro de una bolsa de cocción o un recipiente grande con tapa. Cierra la bolsa o tapa el recipiente, y deja que el pavo repose dentro del refrigerador durante toda una noche.
Mientras, corta en trozos las cebollas, tomates y pimientos. Pela las zanahorias y rebánalas grueso. Coloca estas verduras en una bolsa de plástico y resérvalas dentro del refrigerador. (Este paso puedes dejarlo para el día siguiente).
Al día siguiente, precalienta el horno a 175 °C (350 °F) y coloca el pavo con la pechuga hacia arriba, dentro de una fuente para horno. La fuente pavera TIENE que ser lo suficientemente honda como para contener todos los ingredientes líquidos, así como los jugos que genere el pavo.
Corta las papas y las manzanas, y acomódalas dentro de la fuente pavera, alrededor del pavo. Agrega el resto de las verduras que cortaste el día anterior y distribúyelas también alrededor del pavo. Si lo deseas, puedes utilizar parte de éstas como relleno.
Vierte sobre el pavo el jugo de uva y el vino blanco.
Tapa muy bien el pavo con papel aluminio y hornea durante aproximadamente 3 horas, bañando el pavo con sus jugos cada hora. El pavo estará listo cuando la parte más gruesa del muslo alcance una temperatura interna de 80 °C (180 °F).
Deja que el pavo Santa Isabel repose, tapado con papel aluminio, durante 30 minutos antes de cortarlo.
"La mejor elección para toda la familia."
Pavos Santa Isabel